Por fin en casa.

Bueno, casi en casa. Después de un poco más de 20 horas de viaje, entre vuelos y esperas, ya puedo decir que estoy en tierras españolas. Concretamente en Madrid, a la espera, nuevamente, del tren que me llevará a Málaga.
La verdad que han sido dos semanas repletas de magia, sin parar, ¡cada día algo nuevo! Nuevas amistades y aprendizajes, como en cada viaje.
Agradecer a los chicos de NEEM (Argentina), a Daniel Ketchedjian (Uruguay) y a Julio, el mago Zyro (Chile), por el excelente trato. No nos faltaba de nada! Qué grande que sois!
Eso que dicen que los Fats, donde van arrasan, es cierto, sino mira las dos siguientes fotos:

La primera foto es una de las butacas del teatro, en argentina, que pudo sufrir en sus propias maderas, el peso de los Fat Brothers.
En la segunda foto... bueno, esa foto tiene un comienzo: Al llegar a Chile, a la escuela de Julio, donde íbamos a dormir, Christian me pide cambiar la cama porque al sentarse notó como una de sus maderas crujieron. y así fue: Tres días después, la cama quedó como muestra la foto. Yo dormí en ella, pero que conste que Christian empézó! ;)

La verdad que se ha jugado mucho en este viaje sobre el peso de los Fats, incluso los chicos de Argentina, organizaron un sorteo de varios productos, a aquellos que acertasen cuál es el peso total de los tres. En pleno espectáculo, subieron una báscula y, ¡ala, a pesar! todo iba abien hasta que se subió Christian: en un principio creíamos que en la báscula pondría algún mensaje del tipo "de uno en uno, por favor", o "continuará...". Pero no, cuando se pesó Christian, sólo pesaba 15 kilos!!! Bueno va, nunca supimos el peso real porque Christian le dió la vuelta a la balanza.