Pero a diferencia de siempre, en esta ocasión y ante la ignorancia de todos, el pie que cazaría la carta no sería el mio, sino el de Jann, que debía permanecer debajo de la mesa durante la casi media hora que durase mi sesión, solo para sacar su pie unos segundos, en el momento final, donde yo lanzase las cartas al aire. Claro está, en su pie debería aparecer la carta firmada previamente por el espectador.
Y bueno, así fue. La verdad es que nos lo pasamos muy bien montando la idea, así como ensayándola (5 minutos), y realizándola ante más de 500 personas, en la gala de cerca del pasado congreso nacional en Francia. Dejo a la imaginación de cada uno, lo que Jann podría estar haciendo debajo de esa mesa durante casi 30 minutos. ;)
Os dejo el video del primer intento fallido, así como la foto final en plena sesión.
1 comentarios:
Eso tuvo que ser un momento realmente increíble, desde luego para no perdérselo, como se quedarían los espectadores... aturdidos,je,je. Uno que ya ha visto el final con la carta al pie y conoce la reacción del público con esta variante será bárbaro, el problema es estar metido ahí media hora... ¡Sois geniales! ¡Un Abrazo Maestro! Antonio dP
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